Château Lange nace de una idea poética y provocadora: ¿qué pasaría si un vino de Sauternes decidiera abandonar el cielo de la tradición para mezclarse con la vida terrenal? Ese “ángel caído” simboliza la transformación del vino clásico en un icono contemporáneo. Ya no se trata solo de degustarlo en una copa de postre, sino de hacerlo vibrar en un cóctel, en un ritual social, en una nueva experiencia sensorial.
Es la unión entre lo divino y lo cotidiano, entre la herencia y la experimentación, entre el refinamiento y la curiosidad.
Un vino celestial que ha decidido vivir entre nosotros para elevar la coctelería a otro nivel.

Tradición reinventada. Rebeldía con propósito.

La identidad visual de Château Lange traduce este descenso simbólico del cielo a la tierra en un lenguaje gráfico elegante y contemporáneo.
 El logotipo, en dorado luminoso, conserva la nobleza del vino de Sauternes, mientras que su tipografía moderna y limpia proyecta actualidad.
 El símbolo solar- que irradia desde su centro- representa la energía del ángel, su luz que no se apaga, sino que se transforma.
 La paleta cromática combina lo clásico y lo moderno: el azul tinta de la profundidad, el beige artesanal de la tierra, el blanco puro de lo celestial y el dorado de la luz.
 Una marca que brilla con la herencia de Bordeaux, pero camina con paso propio hacia un nuevo territorio sensorial: el de la coctelería premium.

La etiqueta de Château Lange materializa su espíritu: el equilibrio entre lo sagrado y lo terrenal. El ángel ilustrado- minimalista, lineal, contemporáneo- no mira hacia el cielo, sino hacia adelante, como metáfora de evolución y libertad. Los acabados dorados y el papel texturizado evocan la excelencia artesanal de los grandes vinos, mientras que la composición limpia y audaz aporta modernidad y distinción.
 La botella, de diseño singular, es una declaración de intenciones: un objeto de deseo que rompe con la tradición de los Sauternes y se convierte en protagonista de la coctelería actual.